En esta ocasión te traemos una avería bastante común en los coches eléctricos de Hyundai y Kia, tanto en los modelos 100% eléctricos como en algunos híbridos: el desgaste prematuro de los rodamientos de transmisión y motor.

Concretamente, este Kia Niro eléctrico que estamos reparando ha pasado ya por tres cambios de motor y dos transmisiones completas. ¿El motivo? La marca sustituye los conjuntos completos en garantía en lugar de realizar una reparación puntual de los rodamientos dañados.

¿Dónde está el problema exactamente?

El motor eléctrico transmite el giro a través de un eje primario. Este eje gira a unas 12.000-13.000 revoluciones por minuto y pasa por una serie de rodamientos que, si no están correctamente dimensionados, pueden deteriorarse rápidamente debido al alto par motor.

Los rodamientos más afectados son:

  • Los pequeños, cercanos al motor, por exceso de revoluciones.
  • Los del eje intermedio, que sufren por calidad de materiales.
  • Y los del grupo diferencial, que soportan mayor par.

 

 

¿Cómo se repara?

Primero identificamos el rodamiento dañado. Si no se puede extraer con extractor convencional, usamos una técnica precisa: se corta una parte de la jaula del rodamiento con moladora y se parte con cincel para liberar la presión.

Después se instalan rodamientos nuevos (en este caso cónicos de mejor calidad) y se vuelven a montar los engranajes, sellando todo con silicona y rellenando con aceite nuevo.

¿Se puede evitar esta avería?

Sí, en muchos casos el ruido del rodamiento aparece como síntoma temprano. Si lo detectas a tiempo, puedes repararlo sin cambiar el motor completo. Ignorar el ruido puede derivar en holguras, fricción entre rotor y estator, e incluso averías eléctricas graves.

 

 

¿Pasa también en híbridos?

No. En los híbridos, el motor eléctrico gira a menos revoluciones porque está limitado por el motor térmico. Esto reduce el estrés sobre los rodamientos, alargando su vida útil.

¿Qué soluciones hay?

Algunos fabricantes como Tesla o Nissan usan rodamientos cerámicos o instalan escobillas de grafito para derivar corrientes parásitas y evitar que afecten al rodamiento. En el Kia Niro que estamos reparando también encontramos un «cepillito» que hace esta función, aunque su eficacia puede ser limitada según el diseño del sistema.

 

 

Conclusión

La reparación de rodamientos en coches eléctricos no es ciencia ficción. Es una mecánica básica, similar a cambiar la correa de distribución en un térmico. Si se hace a tiempo, puedes alargar mucho la vida del vehículo.

Este tipo de mantenimiento preventivo es clave para que tu coche eléctrico, como este Niro de más de 340.000 km, siga funcionando como el primer día 🚗⚙️

Y recuerda, si suena raro… mejor pararlo y mirarlo antes de que sea demasiado tarde 😉